© Ivette Durán Calderón*
La fisonomía de Simón Bolívar es el producto de una
compilación de datos e investigaciones digitalmente recreada por un francés
radicado en España, Philippe Froesch, quien se basó en el retrato realizado el
año 1825 por el pintor peruano José Gil de Castro, inspirador de la primera
fotografía digital del Libertador realizada a su vez, por el venezolano Omar
Cruz el año 2005.
Las mil caras del Libertador Simón Bolívar retratadas,
inventadas, copiadas y hasta caricaturizadas o en variadas iconografías, nos han
permitido conocerlo hasta con los ojos azules, catire (hijo de blanco y
mulata), de cabello liso, sin patillas, con larga cabellera recogida al estilo
cola de caballo, con y sin bigote, aunque está comprobado históricamente que
Bolívar usó bigote durante casi toda su vida adulta. Coinciden los expertos en
reconocer que el clásico cuadro del
artista peruano Gil de Castro es una de las referencias más fidedignas, de hecho,
habrías sido realizado en 1825 justamente cuando Bolívar se cortó el bigote
definitivamente en la ciudad de Potosí (Bolivia), luego de ascender a la cima
del majestuoso Cerro Rico, predisponiéndose a asistir al baile celebrado en su
honor la noche del 28 de octubre (Fiesta de San Simón) de aquel año.
El mes de mayo de 2010 sale a la luz la noticia del dibujo
digital del rostro de Simón Bolívar creado por el artista plástico venezolano
Omar Cruz, trabajo realizado en su ordenador o computadora, e hizo una especie
de foto. Declaró a los medios de comunicación que analizó más de mil fotos,
realizó investigaciones varias para sacar de cada una de ellas los rasgos más
semejantes a las descripciones físicas que se han hecho de Bolívar, ayudado de
novedosos programas de diseño gráfico. Su principal “imagen de inspiración” fue
el retrato basado en el rostro del Libertador que plasmó el pintor peruano José
Gil de Castro, el mismo Simón Bolívar, satisfecho con ese trabajo diría al
General Sir Robert Wilson: “Me tomo la libertad de dirigir a Ud. un retrato mío
hecho en Lima con la más grande exactitud y semejanza”.
José Gil de Castro fue reconocido como uno de los retratistas más importantes de la época, ya que frente a su caballete posaron además de Bolívar, diferentes próceres y personalidades. Conocido como “el mulato Gil de Castro” (1785-1841), fue considerado artista de transición entre la Colonia y la República.
José Gil de Castro fue reconocido como uno de los retratistas más importantes de la época, ya que frente a su caballete posaron además de Bolívar, diferentes próceres y personalidades. Conocido como “el mulato Gil de Castro” (1785-1841), fue considerado artista de transición entre la Colonia y la República.
De las estatuas, a los bustos, al retrato, a la fotografía, al
ordenador, al escáner digital y al paleoarte, los pasos fueron cortos, todos
coadyuvando a la investigación forense primero, e histórica después. Esos
trabajos realizados por artistas contemporáneos, ¿pueden ofrecer credibilidad?
La humanidad siempre ha estado expuesta al criterio de los artistas, a la
idealización detractora o devota.
Afortunadamente en los tiempos que corren y desde hace varias
décadas, parecidos respaldados por un acto de fe, ahora pueden ser respaldados
por avanzadas técnicas científicas dedicadas a la recreación y/o reconstrucción
facial. Pese a la buena voluntad, las dificultades para dichas recreaciones o
reconstrucciones son más administrativas que técnicas, pues se hace dificultoso
obtener los permisos legales para
exhumar los restos mortales.
Ese sentimiento, hasta cierto punto morboso, por conocer el
aspecto real de las personas fallecidas no es novedoso. Uno de los primeros
intentos que se conoce públicamente corresponde al año 1881, cuando Küpfer y
Friedrich Bessel-Hagen realizaron la recreación del rostro del filósofo Immanuel
Kant. Posteriormente, el médico forense, Wilhelm His, en 1895, intentó reconstruir
el rostro del compositor Johann Sebastián Bach. De otras reconstrucciones
faciales de famosos, tomamos como ejemplo el caso de Jean-François
Champollion, egiptólogo francés. Cuando
expuso públicamente el retrato que le hizo el artista Léon Cogniet
puntualizaron que el mínimo parecido con
la realidad era pura coincidencia. La historia nos demuestra que aún hoy toda
referencia a Champollion es ilustrada con el retrato del citado artista. Y es
que la reconstrucción permite descubrir aspectos inimaginables, como el famoso
juanete, el pelo teñido y el maquillaje post mortum de "Blanca
d'Anjou" (Siglo XIII). En el caso del Rey Pedro III de Aragón (1276 -
1285), a partir del TAC del cráneo realizado para el Museù d'Historia del Gobierno
de Catalunya (España), la investigación química determinó que aunque el monarca
era calvo, se verificó "en los restos de pelos de la barba del rey, la
presencia de Apigenina Genisteina, un producto procedente de la retama y
utilizado históricamente para teñir de rubio los cabellos". Siguiendo con
los ejemplos tenemos a Nicolás Copérnico, quien no solamente ya tiene un
rostro, pues el estudio del ADN de dos cabellos y un diente ha permitido a unos
investigadores polacos y suecos confirmar que los restos encontrados en
Polonia, datan de (1473-1543). Otro
ejemplo es el caso del rostro de Tutankamón, los expertos están divididos con
respecto a la forma original que tenía la nariz y las orejas del joven
gobernante egipcio.
El deseo insatisfecho de conocer el rostro de ilustres
personalidades, se produce porque no siempre se cuenta con los cadáveres
momificados o los restos óseos.
Destacamos que la Antropología Forense es la aplicación de la
ciencia de la Antropología Física o Antropología Biológica al proceso legal,
los especialistas aplican normas técnicas científicas desarrolladas en la
Antropología Física para la identificación de restos óseos y/o de cadáveres en
distintos estadios de conservación, con alteraciones por factores de índole
natural, accidental o intencional, asistencia para la localización y
recuperación de restos humanos e identificación de sujetos vivos.
Sin embargo, el caso que nos ocupa es de los restos óseos del
prócer venezolano Simón Bolívar, por ello resulta muy interesante la versión de
la antropóloga española Amàlia Valls Martínez, del Laboratorio de
Paleopatología y Paleoantropología del Museo de Arqueología de Cataluña
(España), quien señala que “en sus
inicios, la reconstrucción facial escultórica se realizaba sin ningún tipo de
parámetros científicos, se limitaba a colocar sobre el cráneo materiales
dúctiles, como la arcilla, con los que se modelaban los supuestos rasgos del
individuo. No fue hasta mediados del siglo XX cuando se iniciaron los primeros
estudios científicos sobre el grosor del tejido blando facial y la
determinación de correspondencias entre estructuras óseas y éstos”.
Una vez recreados los
rasgos faciales, entran en juego la parte artística y los medios de los que se
disponga, debido a que el resultado final puede ser muy distinto en función del
tipo de reconstrucción que se realice: realista, escultórica o virtual.
El francés Philippe Froesch (1964) Licenciado en Belles Artes/Comunicación audiovisual, escultor y animador 3D, radicado en Barcelona (España), afirma que la reconstrucción del Libertador se acerca en un 90% al real. Defiende y respalda su trabajo.
Froesch es colaborador externo del GROB (Grup de Recerca en
Osteobiografia) de la UAB desde 2010. Se dedica, entre otras cosas, a trabajar
con equipos científicos forenses, biólogos, paleopatólogos e historiadores, en
la reconstrucción facial de personas fallecidas, en la creación de animaciones
o imágenes orientadas a la comunicación visual científica o en la creación de
esculturas físicas, de hecho, actualmente se encuentra trabajando en el rostro
de Descartes. A juzgar por sus herramientas, Philippe Froesch, es un artista de
nueva era, del puro siglo XXI, utiliza computadores, programas y algoritmos que
le permiten reconstruir rostros y darles forma pasmosamente real a partir de
los huesos. A esta especialidad, también se le conoce como “arte forense” o
“paleoarte” y a eso se dedica en su estudio VisualForensic, donde recreó o reconstruyó
el rostro de Simón Bolívar desvelado el 24 de julio de 2012 por el gobierno
venezolano. En una especial entrevista concedida al periódico colombiano “El
Tiempo” asegura que le rostro que obtuvo de Bolívar es exacto al del
Libertador.
Reproducimos fragmentos de la citada entrevista:
El Tiempo.- ¿Cómo fue
su aproximación al personaje de Simón Bolívar, antes de reconstruir su rostro?
Philippe Froesch.- Cada
reconstrucción facial conlleva un trabajo previo de documentación sobre el
personaje. Leí algunos textos históricos y descriptivos de su trayectoria.
Intenté conocer el personaje por sus acciones y quedé sorprendido de sus
hazañas.
E.T. ¿Cómo describiría
los rasgos de Bolívar?
P.F. Su rostro fue
compuesto con base en una mezcla mestiza que calcularon los antropólogos. Creo
que acertamos en esa visión. El cuadro del pintor peruano Gil de Castro nos
presenta un rostro imposible anatómicamente, pero aceptado tal como es desde
que se pintó. Se trata de un rostro compuesto, los ejes de los ojos, nariz y
boca no son coherentes, pero con el paso de los siglos se aceptaron como
verídicos. De ahí surge un conflicto con la reconstrucción que se basa en los
huesos reales del Libertador.
Nosotros hicimos una
reconstrucción; Gil de Castro, una interpretación. Con todo el respeto para el
pintor y su tarea complicada. Lo digo porque yo pinto retratos y sé lo
complicado que es no equivocarse en las proporciones. Nuestros ojos nos engañan
fácilmente. Pero los restos óseos no dejan margen al error.
E.T. ¿Trató usted de
plasmar alguna personalidad en el rostro?
P.F. Intenté reflejar
una cierta seguridad y firmeza en su mirada. Esas cuestiones son subjetivas,
tienen que ver con la percepción de un rostro que podemos tener cuando lo vemos
por primera vez y las percepciones son frágiles, un pequeño desplazamiento del
párpado sobre el iris del ojo puede ser causante de otra expresividad.
La reconstrucción de
Bolívar en 3D es la representación de un momento dado. Hubiéramos podido
recrear su rostro con bigotes, barba de una semana. Bolívar es múltiple, igual
que cada uno de nosotros, no solo tuvo el aspecto que le dimos en las imágenes
oficiales.
E.T. ¿Cuánto tiempo le
tomó la reconstrucción facial de Bolívar?
P.F. Trabajamos de
manera discontinua, varios meses, dejando madurar el proyecto y compaginando
con otras producciones. El aspecto del cabello, por ejemplo, fue uno de los
puntos más lentos en determinarse, no por su color sino por su largo, volumen,
acabado. Cambios de software nos permitieron ir más allá en la
representación con el fin de obtener unas imágenes 3D fotorealísticas. Todo
este trabajo conllevó semanas de dedicación y esfuerzo.
E.T. ¿Qué “software”
utilizó?
P.F. Primero importamos
los datos de la tomografía (que hizo la doctora Maribel Yoris, radióloga
forense) en un software de 3D que se llama Cinema 4D y que nos
permitió posicionar los marcadores de tejidos blandos en los puntos craneales
precisos.
Después utilizamos un
programa llamado Zbrush que nos permitió posicionar las piezas dentales con la
doctora Sonia Viso, odontóloga forense, y esculpir los músculos y la piel
sintética bajo supervisión de la doctora Lourdes Pérez, antropóloga forense, y
la doctora Yanuacelis Cruz, anatomopatóloga forense.
Las imágenes finales se
hicieron en Cinema 4D y VRAYforC4D. Es el protocolo clásico que empleamos en
VisualForensic.
E.T. ¿Quedó satisfecho
con este proyecto? ¿Qué porcentaje de exactitud le daría usted a esta creación
con respecto al rostro real de Bolívar?
P.F. Trabajamos con
mucha precisión. Estimo que nos acercamos a un 90 por ciento de veracidad. El
10 por ciento restante tiene que ver con el color exacto de los ojos o de los
detalles de pigmentación de la piel, la cantidad de arrugas o patas de gallo,
pequeños detalles que no modifican su aspecto general.
La arquitectura y
estructura del rostro no deja lugar a dudas: intervenimos directamente sobre el
cráneo. Los huesos hablaron y nos guiaron hasta la meta. Un punto que levantó
críticas fue la nariz. Gil de Castro la representó mucho más larga y afilada.
Cuando la calculamos,
empleamos ecuaciones de regresión establecidas y verificadas por la unidad
contraterrorismo del FBI y la Universidad de Manchester. Son las mejores
ecuaciones en la actualidad y están basadas en puntos craneométricos precisos.
No dejaron espacio para
la invención. Las matemáticas son estrictas. Este punto nos aclara quizás sobre
la dificultad de Gil de Castro de representar las superficies y volúmenes de
manera exacta.
En cuanto a la calidad
final de la reconstrucción estoy más que satisfecho. Estos últimos días vi unos
rumores que circularon por Internet acusando al equipo de plagio de una imagen
de 1986. Es ridículo y patético. En 1986 con los medios informáticos de la
época no se hubiera ni podido calcular un cabello de Bolívar.
Nosotros trabajamos con
estaciones de trabajo informáticas muy potentes, entre ellas un Mac de 12 cores
y 24GB de RAM.
E.T. De las
reconstrucciones que ha efectuado, ¿fue esta una de las más difíciles?
P.F. Fue difícil
acostumbrarme al ritmo de la colaboración en un primer momento. Soy francés de
origen alemán, lo que supone trabajar rápidamente y con un calendario muy
rígido. En cuanto a la reconstrucción, empleamos el protocolo de siempre,
supuso más precisión en los acabados porque las imágenes iban a ser impresas en
tamaños gigantescos.
E.T. ¿Cuál es el costo
aproximado de hacer una reconstrucción como esta?
P.F. En lo que respecta
al costo dejaré a discreción del gobierno venezolano revelarlo, si lo desea. Es
un costo muy razonable dado la importancia del personaje y el trabajo
realizado. Lo único que le puedo confirmar es que se negoció la entrega de la
base de datos 3D con el fin de que pueda quedar custodiada por el Estado de
Venezuela.
Por su parte, la antropóloga forense venezolana Lourdes Pérez
explicó que "Para hacer la reconstrucción facial se realizó un análisis
antropológico del rostro de El Libertador, sustentado en parámetros ontogénicos
generales y particulares, basados en la revisión de las características
morfológicas presentes en los huesos de la cara".
Asimismo, explicó que la imagen fue lograda con técnica
craneométrica que dejó al margen "errores subjetivos", especificó que
fue usada una tomografía axial computarizada realizada al cráneo de Bolívar,
enfatizó que para la disposición de tejidos blandos se usaron tablas nacionales
e internacionales adecuadas al contexto étnico poblacional de Venezuela.
A su vez, la también venezolana Dra. Yanuacelis Cruz, Jefa de
la División de Anatomía Patológica Forense de la Coordinación Nacional de
Ciencias Forenses de Venezuela y encargada del estudio, fue quien presentó
oficialmente el informe en el Palacio Miraflores en Caracas. En dicho informe
precisó que la investigación estudió la presencia de un hongo llamado
“histoplasmosis” que produce síntomas parecidos a los de la tuberculosis, el
cual arrojó que Bolívar presentaba “vesículas en la piel, poliuria, anuria y
disuria, es decir, dolor para orinar, orina con sangre, orina con frecuencia y
poca cantidad de líquido, hasta llegar a una insuficiencia renal”. “Los
estudios histológicos y radiológicos demostraron que el Libertador presentaba
un estado anímico bastante agudo, estando deprimido en el avance de su
enfermedad”.
Una parte importante del estudio, fue la determinación de la
causa de muerte de Simón Bolívar, se practicó un estudio genético de tipo TCR
que determinó que El Libertador no murió de tuberculosis, ni de sífilis.
En este orden, y gracias a estudios detallados de cada uno de
los tejidos óseos de los restos mortales, se encontró que el causante de la
muerte fue “una infección respiratoria de tipo crónico combinada con los altos
niveles de arsénico que contenían las medicinas de la época y debido a la frecuencia
con la que recibió, dicho tratamiento en sus últimos días”.
Cabe destacar, según la versión de Cruz, que Bolívar habría
recibido veneno de cantárea (cantárida) "era el tratamiento que había para
la época (para esa dolencia)" que a la larga y junto a las complicaciones
de la enfermedad le causaron un edema cerebral que ocasionó su fallecimiento.
Recordemos que un equipo de medio centenar de forenses exhumó
los restos de Simón Bolívar el 16 de julio de 2010 (1783-1830) con el fin de
determinar si correspondían a los del héroe independentista y también para
determinar las causas de su muerte, que en su día establecieron que fue una
tuberculosis. El primer aspecto fue confirmado, debido a que el 30 de agosto de
2010 se exhumaron los cuerpos de María
Antonia y Juana Bolívar, hermanas del Libertador, para comparar su ADN.
Pese a los denodados esfuerzos, no se ha podido verificar de
manera precisa la causa de su muerte, por lo que el presidente venezolano Hugo Chávez
insiste en que Bolívar fue envenenado.
Durante una entrevista a Venezolana de Televisión, la
odontóloga forense venezolana Sonia Viso afirmó que julio de 2010 resultó el
momento correcto para iniciar esas acciones, pues existían dudas razonables
acerca de la autenticidad de los restos. Además, al abrir el sarcófago pudo
apreciarse que los restos de El Libertador no se conservaban de la manera más
digna, explicó la científica, quien señaló que se encontraban en una urna de
plomo - dañino para la toma de ADN- extremadamente pequeña.
Los pasos de la reconstrucción facial fueron:
1. Reconstrucción y Digitalización Tridimensional del Cráneo.
2. Establecimiento de la Profundidad de los Grosores del tejido Blando. 3.
Modelado de la musculatura facial por medio de gráficos computarizados
tridimensional. 4. Asignación de los detalles del rostro como son el tono de
piel, color de ojos, forma, color del cabello, cejas, pilosidad facial, arrugas
faciales y sombreado para dar una apariencia natural, y el deterioro sufrido
por los últimos meses de su enfermedad, todo lo cual dará forma grafica a los
informes científicos forenses.
Una reconstrucción facial requiere que cada una de las
especialidades científicas (radiología forense, medicina forense, odontología
forense, antropología forense y antomopatología forense) participe en la
elaboración del rostro, y se debe contar con:
a) La data y base de datos que alimenta las imágenes del
T.A.C. (Tomografía realizada).
b) Imágenes "DICOM". Con una definición de 0,6mm.
c) Los algoritmos del desgaste óseo producto de las
enfermedades, los cuales son aportados por el análisis.
d) Los parámetros ontogénicos y diámetros de la región
facial, dado del estudio Antropológico.
e) Facetas de desgaste, las alturas del esmalte, Prominencia
de los caninos, mordida en oclusión céntrica.
La descripción del procedimiento para hacer la Reconstrucción
Facial no se basa en ningún automatismo informático, en el Laboratorio de
Visual Forensic, en Barcelona, España, se posicionaron las imágenes obtenidas
de la tomografía.
Los tejidos blandos y marcadores de espesores se añaden
manualmente dentro de un software 3D de marca Alemana (Maxon) que se llama
"Cinema4d".
Es un software generalista 3D que no está especializado en
reconstrucción facial pero que permite alcanzar un nivel de acabado muy
realista permitiendo así respetar la imagen de la persona cuyo rostro se quiere
reconstruir.
Los detalles de acabado son esculpidos a mano dentro de otro
software llamado "Zbrush" y que permite manejar las topografías
creadas como si fuesen "arcilla digital". Todo este trabajo se apoya
en tablas de espesores de tejidos blandos que corresponden a un segmento de población
(edad/origen étnico/dieta determinada). Es muy importante que las tablas estén
hechas a partir de sujetos vivos, para que no se alteren los volúmenes de
fluidos corporales. Todos esos elementos se añaden sobre la base de datos de la
tomografía TAc.
En el caso de Bolívar, se tomaron fotos a hombres
venezolanos, de entre 40 y 45 años, y se enviaron como referencia.
Posteriormente se enviaron también fotografías de hombres venezolanos de esas
edades pero que padecieran afecciones respiratorias. Para recrear el uniforme,
se tomaron fotografías de las prendas que El Libertador usara en vida, como
ser: detalles del cuello y esquemas de los bordados con hilos de oro, botones,
ribetes, costuras, telas originales y charreteras
originales.Como referencia para el cabello, se utilizaron los retratos
pintados en vida de El Libertador por el citado artista peruano, José Gil de
Castro.
Las controvertidas opiniones y apreciaciones de
investigadores e historiadores ya han surgido y no faltarán en el devenir del
tiempo, tal es el caso de la acertada observación realizada por Alfredo Fermín
en el periódico venezolano El Carabobeño, quien nos recuerda que el año 1983 en
ocasión de celebrarse el bicentenario
del nacimiento de Bolívar, tanto la Presidencia de la República, el
Consejo Nacional de la Cultura, como el
Museo de Bellas Artes presentaron en la Galería de Arte Nacional una exposición
de los retratos del Libertador, hechos por artistas que tuvieron la oportunidad
de conocerlo.
Este singular acontecimiento, fue publicitado por un
artístico afiche, diseñado por Waleska Belisario y Sigfrido Chacón, el cual muestra
retratos del Libertador en diferentes poses, épocas y estilos, los cuales nos
permiten comprobar que en ninguno de ellos Bolívar aparece con nariz mestiza
como se le ha presentado en la controversial imagen, encargada por el
presidente Hugo Chávez, y dada a conocer el 24 de julio de 2012.
Describiendo el afiche, se puede observar que el retrato más antiguo que se conoce de Bolívar, es el primero de esta serie, una miniatura realizada en Madrid entre 1799 y 1802. La segunda miniatura es de autor anónimo pintada en París en 1805, ambas de sus tiempos mozos. La tercera fue realizada, al parecer en 1812 en Cartagena. La cuarta imagen, también con bigote y casaca, fue realizada en Haití en 1816.
Después de su triunfo en la batalla de Boyacá, fue pintado
por los artistas Pedro José Figueroa, colombiano, y por José Gil de Castro,
peruano, éste último lo hizo, con toda certeza, cuando Bolívar se quitó el
bigote de manera definitiva, en la reciente República de Bolivia.
Continúa Fermín diciendo que esta obra gustó tanto que El
Libertador encargó varias copias, una de ellas la envió a su hermana María
Antonia, quien la colocó en lugar de honor en su casa de Caracas hasta que lo
adquirió Antonio Guzmán Blanco, hoy se encontraría en el Salón Elíptico de la
Asamblea Nacional en Venezuela, otra copia estaría en el Museo Nacional de
Antropología, Arqueología e Historia del Perú. El dibujo de perfil fue
realizado en 1828 por el médico y pintor Francois Roulin, considerado por
Alfredo Boulton como “el arquetipo iconográfico de Bolívar”.
Continuando con la serie de retratos, se aprecia otro realizado al carboncillo por José María
Espinosa, quien lo representó con sombrero. El último de la serie fue realizado
en 1830 por el mencionado artista. La crítica especializada señala que “los
escasos rasgos trazados con vigor y rapidez reflejan, con vivísimo realismo, el
fatigado semblante del Libertador durante los últimos meses de su vida. Este es
el retrato más dramático hecho a Bolívar”.
Sea como fuere, no importa el rostro, sino el legado.
*Ivette Durán Calderón es abogada boliviana, escritora e investigadora
histórico social, bolivarianóloga por vocación. Radica en España y es autora
entre otros, de los libros “Bolívar, entre la pluma y la espada”, “Simón
Bolívar y su perfil poético”, “Simón
Bolívar en Potosí”, “Simón Bolívar quiere descansar en paz” y “Bolívar, un gran
relacionista humano”
1 comentario:
Excelente trabajo, muy apreciable su esmerado y coherente desarrollo.
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