Derechos Humanos de los inmigrantes
“ Todas las personas tenemos los mismos derechos", hermosa frase para disfrazar una realidad que está muy lejos de la verdad cuando de Inmigrantes se trata (y sobre todo indocumentados).
* Ivette Durán Calderón
Me refiero a todos quienes dejan el suelo patrio buscando en otra tierra las oportunidades que su propio país les niega. Pero dejemos claro, qué se entiende por "indocumentado"?, la Real Academia de la Lengua Española, define: Indocumentado-(da). Adj. Dicho de una persona: Que no lleva consigo documento oficial por el cual pueda identificarse, o que carece de él.
Los Derechos Humanos son derechos básicos que nos protegen desde nuestro nacimiento, porque son parte de nuestra condición de seres humanos, de personas. Si bien se establecieron en la mundialmente conocida Declaración Universal de los Derechos Humanos, la cual fue firmada por todos los países que integran la Organización de las Naciones Unidas (ONU) manifestando su compromiso voluntario para cumplirlos y respetarlos, a la fecha, estos elementales y sagrados derechos son conculcados, violados o simplemente ignorados. Pero, además se dice por ahí que cuando nuestros derechos fundamentales reconocidos por la Declaración Universal de los Derechos Humanos, por la Constitución Política del Estado u otras leyes, sean violados, se debe recurrir a los tribunales competentes. ¿ Cuáles son esos tribunales competentes para los inmigrantes indocumentados?, acaso...¿ las comisiones de Congreso?, ¿la Asamblea Permanente de Derechos Humanos?, o ¿las organizaciones no gubernamentales (ONGs) relacionadas con los temas de quejas y reclamos?.
Pues la respuesta es que ninguna de las citadas aboga por los inmigrantes, ninguna trata con seriedad y perseverancia las múltiples quejas que día a día se producen en todos aquellos países donde la presencia de la comunidad inmigrante es palpable, y los más lastimados, los más afectados sin duda son aquellos indocumentados mal llamados "ilegales". Como están las cosas, queda ratificada la frase que sentenció el Juez Baltasar Garzón, en relación a este tema: -La Inmigración es la vergüenza de los países ricos-. Queda la esperanza de que este escabroso tema de la Inmigración sea tratado con mayor seriedad y respeto.
Se habla de una nueva modificación a la ley de Extranjería en España, y por el momento se esfumaron las esperanzas de las reforma migratoria en USA, Brasil y Argentina cada cierto tiempo regularizan la inmigración dentro de los parámetros que sus leyes lo permiten y que su economía lo aguanta, tal es así que poco a poco se van convirtiendo en receptores de una inmigración forzada por la recesión económica, política y social de muchos países.
El estatus migratorio de los inmigrantes tiene, ha tenido y tendrá siempre un trasfondo social que nadie quiere encarar, quienes son, fueron y serán inmigrantes lo entienden, pues por un lado tenemos la ausencia de legislación protectora y más permisiva en los países de acogida, y por otro, el abuso y atropellos de los propios inmigrantes con sus compatriotas.
Así es, de estos temas nadie quiere hablar, resulta más cómodo echar la culpa de cualquier fallo al sistema, a las leyes a las autoridades de turno, pero el verdadero drama se traduce en “la procesión va por dentro”. Los indocumentados al sufrir su particular martirio de ser mal llamados ilegales, sufren también el menosprecio de otros inmigrantes que ya regularizaron su estatus y asumen un absurdo grado de superioridad sobre aquellos invisibles, es decir, indocumentados que son para todos los efectos invisibles, pero… se vuelven visibles cuando mueren y nadie sabe qué hacer con los cadáveres, en tanto no existen, ni siquiera para sus connacionales. Sabiamente se dice “no hay peor enemigo de un inmigrante, que su propio compatriota”, más aún si el compatriota tiene “papeles”.
De un modo general, ser indocumentado en cualquier país es una invitación a la violación de sus derechos humanos. En efecto, un inmigrante indocumentado depende del país donde se encuentre en mayor o menor intensidad es un estorbo legal, pero un mal necesario. Mal necesario, porque aunque a partir del 11 de septiembre del 2001 las medidas anti-inmigrantes se han recrudecido en todo el hemisferio pero de manera especial en los países cuya economía es atractiva para quienes emigran de países pobres y desestabilizados; es entonces que ese "mal necesario" se vuelve fundamental para el sostenimiento de la economía de cualquier país poderoso o nuevo rico.
De hecho, los inmigrantes no sólo han construido naciones, sino que las han sostenido y aún lo hacen pese a que su trabajo no es justamente remunerado y sus condiciones de vida son precarias en la mayoría de los casos debido al hacinamiento en que se ven obligados a vivir, (porque no pueden rentar una casa, piso o apartamento; a la desintegración familiar; a la fatiga diaria por no poder acceder en la mayoría de países a una licencia de conducir (impidiéndoles consecuentemente a comprar un coche, por tanto, deben realizar largas caminatas y depender del transporte público); asimismo, la precariedad también se refleja en no poder contar con un documento de identificación válido en el país donde se encuentran, (que les permita circular libremente); de igual modo, por no poder trabajar legalmente (permitiendo voluntariamente ser sometidos a un vergonzoso modo pre-capitalista de producción: explotación del hombre, por el mismo hombre; pues su trabajo, si es que es pagado, cumple horarios esclavizantes y tiene una remuneración generalmente inferior al salario mínimo.
A todo lo anterior se suma también en los tiempos que corren la imposibilidad de renovar su permiso de trabajo y residencia por la falta de contrato de trabajo, y transitan dolorosamente en el viacrucis de la regularidad a la irregularidad de un día para otro.
Otro factor, es la falta de atención médica (lo que da lugar a alarmantes índices de enfermedades, desnutrición y anemia tanto en niños como en adultos); tampoco pueden asociarse libremente (por no tener papeles en regla y dependen de leyes especiales que rigen las asociaciones, por tanto no pueden reclamar por sus derechos, dependen de un "padrino" o "aval" con papeles en regla para intentar conocer sus derechos, disfrutar de algunos beneficios, y reclamar un trato más humano); pero el problema mayor es la psicosis de persecución en la que viven, el miedo constante a ser deportados, ese miedo tan grande que sienten por las autoridades de inmigración, extranjería o migración...la temida "migra", la policía nacional, mossos de escuadra, agentes, federales, guardias civiles, policías locales que ahora coadyuvan en esta labor, y para no dejar pendiente esta asignatura, no olvidemos el pánico que despertaron las patrullas del Ejército junto a la Policía en Italia, en un principio, luchando por la Seguridad Ciudadana en ese intento reiterativo de equiparar inmigración con delincuencia, la noticia dejó estupefactos a algunos e indiferentes a otros.
En el caso de Estados Unidos, se ha vuelto común ver a activistas e inmigrantes luchando contra las redadas inmisericordes, observan impávidos e impotentes la deportación diaria de gente arraigada, con familia, enferma y con la duda de no saber si se adscriben o no a la novedosa figura de la Repatriación Voluntaria suscrita entre EE.UU. y México, pero, no tienen permiso de trabajo ni de residencia.
Recordemos también que Francia fortaleció su plan para una concertada ofensiva contra la inmigración ilegal, pese a diferencias pendientes y acusaciones de xenofobia.
Los ministros de Interior de la UE acogieron) favorablemente la propuesta francesa de un pacto europeo sobre la inmigración y el asilo, que endurece el estatus migratorio de los indocumentados pues presenta un modelo de inmigración selectiva, y absolutamente controlada. Los Veintisiete de la UE estuvieron de acuerdo en tener una estrategia común en política migratoria y condicionar la admisión de inmigrantes a las necesidades del mercado laboral y a la capacidad de cada respectivo país de destino para ofrecerles servicios básicos y protegerlos de la explotación.
Dada la frontal oposición de España, las autoridades francesas ya habían renunciado previamente a incluir en el pacto el denominado "contrato de integración", en el que los inmigrantes se comprometerían a aprender la lengua del país de acogida y a respetar sus leyes. No obstante, el texto señala que los Estados miembros tendrán que adoptar medidas específicas para facilitar el aprendizaje del idioma y el acceso al empleo a los inmigrantes, como medio de favorecer su integración.
En las últimas negociaciones bilaterales, el Gobierno español también consiguió suavizar la alusión a los procesos de regularización. Así, el pacto ya no aboga por prohibir las regularizaciones generales e incondicionales y se limita a señalar que éstas serán "caso por caso y no generales, en el marco de la legislación nacional, por motivos humanitarios o económicos”.
Lamentablemente en los hechos estos aspectos no se cumplen, pues lo que olvidaron es que en España, la resolución de los expedientes queda a expensas de la discresionalidad del funcionario de turno, la interpretación varía de persona a persona y mucho más de comunidad a comunidad. Un ejemplo concreto es el caso de los cónyuges de españoles que no cuentan con permiso de residencia debido a que el matrimonio fue celebrado en el país de origen del cónyuge inmigrante; el trámite consiste en inscribir el matrimonio en el Registro Central español, trámite que en el mejor de los casos dura tres años, en tanto, el cónyuge inmigrante está en absoluta irregularidad, pese a depender del cónyuge español, resulta que si no tiene un contrato de trabajo para solicitar su arraigo social queda indocumentado, pues la cosa cambiaría si este inmigrante estaría casado con otro inmigrante con estatus migratorio regular. En resumen, ser cónyuge de español es más desventajoso que ser cónyuge de extranjero cuando el matrimonio se ha celebrado en otro país. La solución podría estar en que esta pareja de cónyuges pueda en tanto se resuelva el registro de su matrimonio, registrarse como pareja de hecho, tal como establece la ley de extranjería, pero que se aplica solamente en algunas comunidades autónomas.
La permanente lucha en los Estados Unidos para obtener el esperado “perdón” por haber infringido el permiso inicial de turismo, lo cual les descalifica para acogerse a la ya legendaria Amnistía o no poder ser “pedidos” por sus familiares ni cónyuge.
Los ejemplos siguen y suman, por ello lo expuesto no es nada más ni nada menos que la flagrante violación a la Declaración Universal de los Derechos Humanos, particularmente a los siguientes artículos:
Art. 1.- Derechos con igualdad (Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y
derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los
unos con los otros)
Art. 2.-. Derechos sin diferencias (1. Toda persona tiene los derechos y libertades proclamados en esta Declaración, sin distinción alguna de etnia, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento, u otra condición.
Art.3.- Derecho a la libertad y seguridad ( Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona).
Art. 4.- Nadie se someterá a la esclavitud (Nadie estará sometido a la esclavitud ni a servidumbre; la esclavitud y la trata de esclavos están prohibidas en todas sus formas)
Art. 6- Reconocimiento de nuestra ciudadanía (Todo ser humano tiene derecho, en todas partes al reconocimiento de su personalidad jurídica)
Art. 7.- Todos tienen derecho a la protección de la ley (Todos son iguales ante la ley y tienen, sin distinción, derecho a igual protección de la ley. Todos tienes derecho e igual protección contra la discriminación que infrinja esta Declaración y contra toda provocación a tal discriminación).
Art. 8.- Derecho a la justicia (Toda persona tiene derecho a un recurso efectivo ante los tribunales nacionales competentes que la ampare contra actos que violen sus derechos fundamentales reconocidos por la Constitución o por la ley) .
Art. 13.- Derecho a circular libremente (1. Toda persona tiene derecho a circular libremente y a elegir su residencia en el territorio de un Estado).
Art. 15.- Derecho a la nacionalidad (2. A nadie se le privará arbitrariamente de su nacionalidad ni del derecho de cambiar).
Art. 16.- Matrimonio y familia (3. La familia es el elemento natural y fundamental de la sociedad y tiene derecho a la protección de la sociedad y del Estado).
Art. 20.- Derecho de asociación (1. Toda persona tiene derecho a la libertad de reunión y de asociación pacíficas).
Art. 22.- Derecho a la seguridad social (Toda persona como miembro de la sociedad, tiene derecho a la seguridad social y a obtener mediante el esfuerzo nacional y la cooperación internacional, habida cuenta de la organización y los recursos de cada Estado, la satisfacción de los derechos económicos, sociales y culturales, indispensables a su dignidad y al libre desarrollo de su responsabilidad).
Art. 23.- Derecho al trabajo (1. Toda persona tiene derecho al trabajo, a la libre elección de su trabajo, a condiciones equitativas y satisfactorias de trabajo y a la protección contra el desempleo. 2. Toda persona tiene derecho sin discriminación alguna, a igual salario por trabajo igual. 3. Toda persona que trabaja tiene derecho a una remuneración equitativa y satisfactoria que le asegure, así como a su familia, una existencia conforme a la dignidad humana 4. Toda persona tiene derecho a fundar sindicatos y a sindicarse para la defensa de sus intereses.
Art. 25.- Derecho a una vida digna (Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la salud y el bienestar, y en especial la alimentación, el vestido. La vivienda. La asistencia médica y los servicios sociales necesarios).
¿A qué instancia pertinente recurren entonces los inmigrantes indocumentados para ser escuchados y hacer valer sus derechos humanos?
¿Es posible que sólo sean los inmigrantes indocumentados los que sufran en patria ajena? ¿ o es posible que haya por ahí, y no nos enteramos, inmigrantes con papeles o con todos los requisitos para obtenerlos, que están viendo conculcados sus esenciales derechos?
Se me viene a la memoria fragmentos de los versos adaptados del poeta mexicano Julio Sexto:
“…marchan con los ojos fijos en el suelo,/ cansados, en vano de mirar el cielo…/”
“…de sus pobres cuitas ni el Señor se apiada,/ porque de estas cosas…Dios no sabe nada.”
· La autora es abogada, escritora e investigadora en temas jurídicos e histórico-sociales, autora de múltiples artículos y libros relacionados con el tema en Bolivia, Sudamérica, EE.UU. y Europa. Experta jurídica internacional en Inmigración y Extranjería. Actualmente radica en España.
· ivettedurancalderon@gmail.com www.ivettedurancalderon.com