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jueves, 25 de septiembre de 2008

El Chissssme…Una contribución a la obra del diablo


Hay quienes dicen que las palabras no matan. Pero no es cierto. Los chismes como una serpiente venenosa, ¡¡¡pueden se mortales!!!

Ivette Durán Calderón

La nuestra, es una sociedad de violencia flagrante, Los hombres bajo la influencia del chisme hieren, lastiman y matan a sus prójimos impunemente.

¿Y usted qué dice? ¿lastima a su prójimo? ¿le gusta hablar de los demás?

¿Qué absurdo!, pensarán muchos. Yo jamás haría tal cosa. Pero sin embargo, millones de personas que aparentemente no matarían ni una mosca causan el mayor daño y aún la muerte a su propio prójimo todos los días. Su instrumento de violencia no es un afilado cuchillo, ni un revólver o ningún pote de veneno: no, ¡ES SU LENGUA!

¿Qué es el chisme?

El chisme es una acusación infundada, insubsistente, discrecional. Declara que alguien ha obrado mal. A la gente le gusta hablar de los males o de las acciones malas supuestamente cometidas por los demás. Seguramente ha escuchado usted un diálogo como el siguiente: -¿supiste lo que hizo fulano? no; cuéntame.”Pues aquí entre los dos te digo que…” pero por favor no se lo digas a nadie”-

El chisme es, según la Real Academia de la Lengua Española: m. Noticia verdadera o falsa, o comentario con que generalmente se pretende indisponer a unas personas con otras o se murmura de alguna.

Generalmente el chisme es una calumnia contra el prójimo. Destruye el buen nombre o el carácter que tiene, lo denigra. Los chismes son palabras indiscretas, quienes dicen todo lo que les viene en mente propagan chismes, no reflexionan antes de hablar. No valoran el peso de las palabras que van a pronunciar, ni el efecto que puedan causar sobre los demás. “El chismoso o la chismosa, aparta a los mejores amigos”. En conclusión el chisme es cualquier tipo de comunicación que hiere a otros.

¿Por qué hay adictos al chisme?

La gente que propaga chismes por diversos motivos, todos estos motivos son virulentos, por ejemplo, los que se creen poca cosa suelen chismear para rebajar a los demás a su propio nivel. Así satisfacen su egolatría a expensas del prójimo. Por lo general el chismoso tiene una sensación de ser más, de ser alguien, pero pronto vuelve a sentirse menos que antes, ansía volver a chismear para recobrar aquella agradable sensación, pero ese momento sólo es pasajero y conduce nuevamente al sentimiento de inferioridad ¿y ahí surge un nuevo adicto al chisme!

Hay quienes se aficionan al chisme como otros se aficionan a los estupefacientes. La frustración produce otro manantial de chismosos. El ocio genera chismes, las personas que no mueven las manos suelen mover la lengua. El chismoso es conocido de forma inmediata, porque antes de hablar bien de los demás, le saca los defectos y siempre se ampara pidiendo el favor de que su información no sea comentada con nadie.

¿Cómo evitar los chismes?

Lo principal para evitar la propagación de un chisme es cortar de raíz la conversación, negándose a escuchar, diciéndole al chismoso con la mayor diplomacia posible que ese tema no le interesa y que prefiere no hablar de ello. Si uno se muestra firme, el chismoso entenderá y así se detiene la propagación del chisme y el posible daño.

Así como se necesitan dos personas para amar, también se necesitan dos personas para malquistar, uno que hable y otro que escuche. Los chismes cesarían de inmediato, si todo el mundo se negara a oírlos. Chismoso en soliloquio, desaparece.

En nuestro entorno, aunque traten de pasar desapercibidos, hay muchos, ¡¡Cuidado con ellos!! porque el chisme es la serpiente que a todos envenena:

- Derroca gobiernos

- Destruye matrimonios

- Socava relaciones

- Mancilla el buen nombre;

- Causa dolor, pesadilla, indigestión, estrés, ansiedad, insomnio, genera suspicacia, ansiedad, desconfianza y llanto entre personas inocentes.

Chismes en el trabajo, chismes en las fiestas, chismes en la casa, dan origen a dolores de cabeza y a titulares amarillistas en la prensa. Antes de repetir un chisme preguntemos: ¿Es verdad? ¿Es justo? ¿Es necesario? ¿Será posible? Si no lo es callemos, guardemos silencio, sepultemos esa malintencionada acción.


Negarse a escuchar. Arrepentirse de divulgar chismes no basta; ¡tenemos que dejar de escuchar!

Antes de poner tu lengua en funcionamiento, pon tu mente en movimiento.

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