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lunes, 28 de octubre de 2019

La feminización de la delincuencia © Ivette Durán Calderón Del libro “Cuando ellas organizan el crimen” ©Ivette Durán Calderón



Hasta hace poco tiempo, se mantenía la tesis de que el “crimen era cosa de hombres” y
que la participación de las mujeres era secundaria, aleatoria o simplemente casual. Los hechos nos demuestran que no es así. Si las pandillas, maras o bandas delincuenciales han desarrollado una organización militar y empresarial, estamos hablando de crimen organizado, de delincuencia organizada, y no tiene por qué excluirse al sexo femenino.


Vale la pena puntualizar que las mujeres que se involucran en el crimen organizado no necesariamente lo hacen de manera involuntaria o forzada, existen mujeres malas, perversas, ambiciosas que saben exactamente lo que hacen y el objetivo que persiguen.
La Historia se ha encargado de demostrar que alrededor de las mujeres gira no solamente el amor sino también la rebelión y es ello lo que las convierte en malévolas, siniestras, tanto que delinquir para ese tipo de mujeres es algo cotidiano y aunque el mal y la perversidad son temas delicados de tratar, las malas no son tan malas como las describen ni las buenas lo son tanto como lo aseguran.
Una cosa es delinquir por necesidad y otra por perversidad. Incursionar en el crimen organizado, al extremo de ser ellas las que organizan un crimen, ya no debe sorprender a nadie. Puede ser que la conducta de las mujeres jóvenes violentas, se deba a su constante lucha por sobrevivir en un mundo que ha sido hecho por y para hombres.
Tampoco puede justificar su conducta los siglos de sumisión bajo el yugo masculino para poner de manifiesto su aletargado poder seductor, belleza, inteligencia, astucia, sensualidad y sobre todo maldad.

Diferentes estudios a nivel mundial, demuestran que la mujer se inicia en actividades delincuenciales organizadas o propiamente en el crimen organizado, también por voluntad propia, y a temprana edad.
El conocido discurso de que los causantes de este flagelo son el desarraigo familiar, incomprensión, violencia familiar, pobreza, abandono, emigración, inmigración, migración, violaciones, explotación, analfabetismo, ambición, abuso o coacciones, es absolutamente cierto. Sin embargo, son pocos y vanos los intentos que hacen las diferentes entidades sociales para evitar la proliferación y expansión de las agrupaciones delincuenciales conformadas por y con mujeres de diferentes edades, debido a que se ha estigmatizado la figura del varón como único y exclusivo delincuente capaz de organizarse, por eso se habla de “los pandilleros”, “los mareros” “los delincuentes” o “los atracadores” de un modo general, refiriéndose a las mujeres integrantes simplemente como sus “compañeras sentimentales” o “parejas”, no se habla de “socias”, “secuaces”, “jefas”, “capacitadoras” “entrenadoras” o “ejecutoras”.
Poco o casi nada exclusivo, concreto y puntual se habla de las mujeres pandilleras, mareras, mafiosas, sicarias, narcas, atracadoras, asesinas, terroristas o maleantas organizadas. Atribuyo ese hecho al mal uso o uso correcto, - según sea el caso- de los apelativos o adjetivos calificativos tanto en femenino como en masculino. Y es que” la” delincuencia no es femenina ni “el” crimen masculino. Sin embargo, no vamos a entrar en análisis frívolos de “miembros o miembras” del crimen organizado.
Las mujeres también se han organizado criminalmente, es una lamentable y lacerante realidad.
*Ivette Durán Calderón es jurista e investigadora histórico social.

domingo, 13 de octubre de 2019

Cuestión de edad ¿No produce porque su edad no se lo permite? © Ivette Durán Calderónn


©Ivette Durán Calderón

Los grandes hombres que iluminaron el camino de la humanidad con sus tareas y hallazgos, aquellos que lucharon por todos, probaron con su existencia gloriosa, que la resistencia humana es inagotable; jamás ni en la más avanzada edad, se sintieron agotados ni incapaces para la labor y mucho menos decrépitos.

Para producir la edad no es un límite, tomemos los siguientes ejemplos:

Moisés tenía ochenta años cuando llevó a su gente a la Tierra de Promisión.
San Juan era más que octogenario cuando escribió El Evangelio.

Copérnico terminó su obra “Revolutionibus orbium coelestium” a los cincuenta y siete años, la siguió corrigiendo hasta la edad de setenta años en que la entregó a la imprenta.

Julio César después de una vida de disipación y de vicio, venció a Pompeyo, cuando contaba cincuenta años.

Aristóteles escribió sus principales obras cuando pasaba ya de los cincuenta y cinco años.

Rogelio Bacon escribía a los ochenta años y sus obras son consideradas hoy como pozos verdaderos de ciencia, algunas de ellas las escribió en la cárcel.
Leonardo da Vinci, el monstruo del talento pictórico, empezó a los cuarenta años la muy famosa “Cena”.

Galileo no publicó su “Sidereus Nuncios” hasta los cuarenta y seis años; a los setenta y cuatro años, ciego en absoluto, seguía investigando en sus trabajos científicos. Fue a esa edad cuando publicó sus célebres “Diálogos” sobre el movimiento local.

Pierre Simon de Leplace, a los setenta años, llevó a cabo su inmensa tarea de investigación sobre matemáticas.

Michael Faraday, hizo sus trabajos asombrosos sobre electro-magnetismo a los setenta años.

Charles Darwin publicó a los sesenta años, su obra, “El origen de las especies”.

André Marie Ampere publicó a los cincuenta y un años, la “Teoría de los fenómenos electrodinámicos”.A los cincuenta y siete años.

Kant se dio a conocer con sus trabajos filosóficos y publicó “La Critica de la Razón Pura” a los sesenta y seis años.

Benjamín Franklin, a los setenta años, fue a Francia para solicitar ayuda para la independencia de su país.

Alessandro Volta descubre la famosa pila de su nombre a los cincuenta y seis años de edad.

Von Humboldt Fleisher emprendió su gran viaje de 4500 leguas, que tanto sirvió para rectificar la geografía de Asia, a los sesenta años.

Miguel de Cervantes había cumplido los cincuenta y ocho años cuando publicó la primera parte de “El Quijote” y sesenta y ocho cuando se vio la luz de la segunda.

Víctor Hugo escribió “Los Miserables” a los cincuenta y siete años.

Jonathan Swift publicó “Los viajes de Gulliver” a los sesenta años.

La mayor parte de las quinientas obras dramáticas de Pedro Antonio Calderón de la Barca de Henao y Riaño fueron escritas cuando el autor se hallaba entre los cincuenta y los ochenta años de edad.

Guillermo Prescot, ciego a los cincuenta años, publicó la “Historia del Perú”.
Bartolomé Esteban Murillo pintó su “San Antonio” de la catedral de Sevilla, a los setenta. y cuatro años.

Vecelio di GregorioTiziano trabajó incansablemente hasta ser centenario.

Charles Maurice de Talleyrand, a los ochenta y cinco era afamado como el mejor diplomático de su tiempo.

Thomas Alva Edison murió a los ochenta y cuatro años, trabajó hasta el último momento y durante muchos años no durmió más de seis horas.

Henry Ford, a los ochenta y cinco años dirigía sus producciones de automóviles y sus plantas constructoras.

Penelope Fitzgerald, reconocida escritora inglesa, publicó su primer libro casi a los los 60 años. "¿Cuántos libros tienes que escribir y cuantos puntos y coma tienes que descartar para dejar de ser amateur?", se preguntó cuando un editor le tildó de “aficionada”, poco tiempo después ganó el premio Booker Prize.

Frank McCourt, escribió su famosa novela Las cenizas de Ángela a los 66 años.

Toni Morrison, conocida y reconocida por su temática sobre la vida de la población negra en especial de las mujeres,  no publicó su primer libro hasta los 40,  22 años después, obtuvo los premios Nobel y Pulitzer.

Otro Nobel, José Saramago, se constituyó escritor a los 60 luego de un fugaz intento 35 años antes, la Academia Sueca lo galardonó 16 años después.

Lev Tolstói si bien escribió su primera novela a los 24, aprendió a montar en bicicleta a los 67 años.

Y los ejemplos siguen y suman desde Fitgerald a José Saramago y más...
¡Que nadie diga entonces, que está agotado a los treinta años, ni a los cuarenta, ni a los sesenta años de edad!Diga mejor que no quiere producir o que no quiere seguir aprendiendo y entonces creeremos su afirmación.

(Este artículo fue escrito hace más de diez años… salvo breve actualización parece que estamos hablando de hoy)
https://ivettedurancalderon.blogspot.com/2008/08/no-produce-porque-...